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Arquitectos: IDOM
- Área: 28700 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Aitor Ortiz
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Proveedores: ACELEC, ACUSTICA INTEGRAL, AIR LIQUIDE MEDICINAL, AREA 3D MOBILIARIO, ARTEPOLITAN EQUIPAMIENTOS URBANOS, ASCAN, AZCONA Y AZSETEL, Atlas Schindler, Aypro, BANDALUX, BILBU MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN, BIMADE, CLEAN ROOM CONCEPT, CONTENEDORES ABANTO, CRISTALERIA MUSKIZ BASURTO, ECODUERO, ELECTRICIDAD MARTIN, EUSKONTROL, FERRIKO Y LANAK XXI, FRANCISCO GARCIA IBARGOITIA, +35
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Nueva Sede del Instituto BioCruces es un edificio de nueva construcción destinado a acoger las áreas de investigación y animalario. El programa se reparte en 8 plantas, 3 de ellas bajo rasante. Sobre rasante la planta se divide en dos bloques de laboratorios (bloque norte y bloque sur), separados por un bloque de áreas comunes en la fachada este y el núcleo de comunicaciones adosado a la fachada oeste.
Al tratarse de un edificio de laboratorios, en continuo cambio y con la aparición de nuevas técnicas y tecnologías, se planteó un edifico de gran flexibilidad, que pudiera adaptarse a posibles cambios de futuro. Salvo núcleos comunes, patinillos y sectores de incendio, el edificio fue diseñado con sistemas modulares que permiten una fácil compartimentación y acceso a las instalaciones tanto en techo como en paredes. Una de las claves del edificio fue el diseño de las instalaciones que tienen una repercusión y complejidad muy superior a un laboratorio convencional.
La construcción del edificio se vio condicionada por la parcela, tremendamente ajustada para un edificio de estas características. De esta manera, el edificio llega hasta los límites que permite la normativa, quedando la fachada este, la principal del edificio, a catorce metros de un edificio de viviendas de doce plantas. Las fachadas oeste y sur quedan a menos de 6 metros de otros edificios del centro. La fachada norte dispone de mayor amplitud, aunque esta llega hasta el límite de uno de los accesos del centro hospitalario.
Desde un punto de vista formal, lo acotado que se encontraba el edificio volumétricamente hizo que las estrategias se centraran en una formalización de una fachada tipo muro cortina donde una tupida retícula a lamas la protegiera de la incidencia directa de los rayos solares y las visuales de los edificios vecinos. Este tamiz se vio reforzado por una sutil serigrafia de puntos blancos sobre el vidrio que proporciona mayor privacidad de las plantas incluso sin el uso de estores. Únicamente en espacios singulares como vestíbulo o zona de descanso se interrumpió esta retícula para dar paso a grandes ventanales que evidenciaran su carácter diferente. La imagen del edificio se vio reforzada por el uso del color blanco en contraste con el entorno y que ofrece una imagen sobria y aséptica. Esta estrategia se extrapoló al cierre de urbanización hasta unir el edificio con el otro edificio de laboratorios del centro hospitalario, también diseñado por IDOM, dando como resultado un polo de investigación dentro del complejo hospitalario.
Los espacios interiores siguen la línea argumental de la fachada, los colores blancos y claros llenan el edificio para que los lugares de trabajos sean luminosos y agradables. Estos espacios contrastan con la madera del vestíbulo principal y sala de descanso que les dotan de una mayor representatividad y calidez. De manera puntual, el color entra en juego dentro del edificio para prestar información relevante al usuario.